En el siglo XIX, Colombia enfrentó limitaciones institucionales y dificultades económicas como altos costos de transporte y falta de capital. El comercio exterior se volvió importante para estimular la producción agrícola para la exportación, principalmente de café, algodón y tabaco. A lo largo del siglo XIX, las exportaciones crecieron y los principales socios comerciales fueron Gran Bretaña e Estados Unidos, mientras que las importaciones incluían principalmente textiles.